contexto: la legislación federal propuesta requeriría que los médicos informen a las mujeres que buscan abortos a las 20 o más semanas después de la fertilización que el feto siente dolor y ofrezcan anestesia administrada directamente al feto. Este artículo examina si un feto siente dolor y, de ser así, si existen técnicas seguras y efectivas para proporcionar anestesia o analgesia fetal directa en el contexto de procedimientos terapéuticos o aborto.,
adquisición de evidencia: búsqueda sistemática de PubMed para artículos en inglés enfocados en estudios humanos relacionados con dolor fetal, anestesia y analgesia. Los artículos incluidos estudiaron fetos de menos de 30 semanas de edad gestacional o abordaron específicamente la percepción del dolor fetal o la nocicepción. Los artículos fueron revisados para obtener referencias adicionales. La búsqueda se realizó sin limitaciones de fecha y estaba vigente al 6 de junio de 2005.
síntesis de evidencia: la percepción del dolor requiere reconocimiento consciente o conciencia de un estímulo nocivo., Ni los reflejos de abstinencia ni las respuestas de estrés hormonal a los procedimientos invasivos prueban la existencia de dolor fetal, ya que pueden ser provocados por estímulos no dolorosos y ocurrir sin procesamiento cortical consciente. La conciencia Fetal de los estímulos nocivos requiere conexiones talamocorticales funcionales. Las fibras talamocorticales comienzan a aparecer entre las 23 y 30 semanas de edad gestacional, mientras que la electroencefalografía sugiere que la capacidad de percepción funcional del dolor en neonatos prematuros probablemente no existe antes de las 29 o 30 semanas., Para la cirugía fetal, las mujeres pueden recibir anestesia general y / o analgésicos destinados a la transferencia placentaria, y los opioides parenterales se pueden administrar al feto bajo visualización directa o ecográfica. En estas circunstancias, la administración de anestesia y analgesia sirve para propósitos no relacionados con la reducción del dolor fetal, incluyendo la inhibición del movimiento fetal, la prevención de las respuestas de estrés hormonal fetal y la inducción de atonía uterina.,
conclusiones: La evidencia sobre la capacidad para el dolor fetal es limitada, pero indica que la percepción fetal del dolor es poco probable antes del tercer trimestre. Poca o ninguna evidencia aborda la efectividad de las técnicas anestésicas o analgésicas fetales directas. Del mismo modo, existen datos limitados o inexistentes sobre la seguridad de esas técnicas para las mujeres embarazadas en el contexto del aborto. Las técnicas anestésicas utilizadas actualmente durante la cirugía fetal no son directamente aplicables a los procedimientos de aborto.