en esta primera etapa el pulso se acelera y los pulmones toman más oxígeno para alimentar los músculos, aumenta el azúcar en la sangre, las pupilas se dilatan, la digestión se ralentiza y aumenta la transpiración.
en la siguiente etapa, el cuerpo comienza a reparar el daño causado por la excitación, y normalmente los síntomas de estrés desaparecen. Pero si la situación estresante continúa, la energía adaptativa del cuerpo eventualmente se agota y se produce el agotamiento., El agotamiento puede conducir a una ruptura en el funcionamiento de los órganos vitales, causando enfermedades y, si el estrés continúa, la muerte. Nació en Viena
Hans Selye nació en Viena en enero. 26, 1907. Su padre era médico, al igual que su abuelo y bisabuelo. Después de sus primeros estudios en Checoslovaquia, ingresó en la universidad alemana de Praga en 1924. Al año siguiente continuó su educación médica en la Universidad de París, transfiriéndose en 1926 a la Universidad de Roma. Luego regresó a Praga para obtener su título de médico y un doctorado en química en 1931.,
ese mismo año llegó a los Estados Unidos como investigador Rockefeller en el Departamento de higiene bioquímica de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. Al año siguiente su beca lo llevó a Montreal y a la Universidad McGill.
en 1936, mientras trabajaba en su laboratorio en McGill, el Dr. Selye descubrió la primera evidencia de su teoría del estrés. Había estado realizando pruebas sobre los efectos de las hormonas ováricas en el sistema glandular de las ratas. Un descubrimiento Aleatorio
por casualidad, recordó, su investigación lo llevó a algo diferente: los efectos del estrés., «Si hubiera sido un buen químico», dijo más tarde sobre la forma aleatoria en que llegó a su descubrimiento, » nunca habría aprendido sobre el estrés.»
«encontré que las inyecciones de la hormona ovárica estimularon el tejido externo de las glándulas suprarrenales de las ratas, causaron el deterioro de las glándulas del timo y produjeron úlceras y otros síntomas», dijo. «Las ratas murieron. Más tarde descubrí que cualquier compuesto hormonal artificial y estrés y cualquier tipo de daño hacían lo mismo.»